Chris Cornell, de las últimas voces del rock


A mediados de los noventas, si bien no odiaba Soundgarden, el concepto grunge no era tan bien aceptado frente a piezas como el Black Album, Season in the Abyss, Appetite for Destruction o Youthanasia, solo por recordar algunos.
En sí, era como si llenaran de fresas y crema chantilly el rock de Led Zeppelín, licuado con el punk de The Ramones, un poco (o mucho) de Sonic Youth y Pixies) y pop hasta endulzar.

Sin embargo, cuánta sería la influencia del grunge, pero sobre todo de Soundgarden que hasta una emblemática Metallica decidiría sonar como ellos en Load de 1996 y su hermanito Reload de 1997.
Los de San Francisco habían decidido sonar con los de Seattle, por moda, por estar acorde a la época.
Así que viajé un poco hace el género. Ahí estaba el sonido del grunge, y un catálogo como Outshined , Jesus Christ Pose, Spoonman, Black Hole Sun, Fell on black days.
O del trabajo en el álbum de culto Temple of the Dog, en el que participan los futuros miembros de Pearl Jam. ¿No fue este un gran inició para Eddie Vedder? ¿Estrenarse con Cornell, Gossard y Ament, íconos de la escena, en el tema dúo Hunger Strike?
Como sea, realmente solo me traje otro par de canciones para el gusto culposo, pero no pasó a más.
 
Fue hasta entrando el nuevo milenio, con Cochise, ese riff sorprendente y la voz poderosa, algo que surgía del naciente vacío del rock, hasta el atasco de Nü metal o bandas de la era post Radiohead, que me atrajo la voz del entoncex ex Soungarden. Y luego Like a Stone, y Show me how to live.  y cada una sorprendente, todo el disco. La mezcla de Morello, Wilk y Commerford con Cornell, fue un éxtasis. Y s
Audioslave tocó en Cuba.
e mantuvo así en Out of Exile, su segundo disco con piezas tremendas como Be Yourself, The worm, Heavens dead, Dandelion o mi favorita, Number 1 Zero.
El ciclo de Audioslave cerró con el Revelations, el cual se acercaba cada vez más al hard rock y con un sonido propio, que lamentablemente no siguió.
De aquí sublime su cierre de cuatro canciones Jewel of the Summertime, Wide Awake, Nothing left to say but Goodbye, y Moth.



Además, hay que resaltar que con este banda, tanto los ex músicos de Rage Against The Machine como el exfrontman de Soundgarden, llegaría a tocar en Cuba, algo que no cualquier alcanza, y del cual hay registro en un DVD.
 
En ese tiempo también está su trabajo solista, Euphoria Mourning, un primer aislamientos musical, una muestra de belleza letrística y compositiva, con piezas como Preaching the end of the world o Disappearing one; y un disco que a mis gusto es una joya, Carry on, del cual me quedo con Safe and Sound, la bellísima Ghosts (checar su voz y la armonía al final), Scar on the Sky, y la sensacional versión de Billie Jean.
Le siguieron el terrible Scream producido por Timebaland; Higher Truth (piezas destacables Nearly forgot my broken heart, worriedn moon o Dead Wishes).
Recientemente había sacado el bellísimo tema I Promise (favor de escucharlo).
 
Hoy es de risa quienes critican en la red social que “pocos conocían a Chris Cornell”.
Aparte de su éxito Like a Stone (2002), presentó el tema para la nueva saga de James Bond (de la era de Daniel Craig) con You Know my Name; y recientemente, en The Man of Steel (sí, Superman) con Seasons.
Necropsia arrojó que Cornell se ahorcó.
Como recomendación extra, Cornell dejó dos conciertos acústicos que simbolizan toda una carrera, que muestra la belleza y poder de su voz con canciones de sus épocas solistas, con Soundgarden, Audioslave y TOTD, pero con algunos covers sensacionales como Redemption Song de Bob Marley, una versión acústica de Billie Jean de Michael Jackson, el clásico del rock Peace Love and Understanding de Elvis Costello, y Thank you de Led Zeppelin.
Lo repetiría con Songbook, que incluye una versión de Imagine de John Lennon.
Sin duda, se van las últimas grandes estrellas de rock, un parte influyente para el surgimiento de eso que llaman grunge, de la nueva era del rock, y una de las voces más bellas que ha dado este género.
Chris decidió dejar este mundo al que le había legado mucho.


Por cierto, su última canción cantada junto a Soundgarden, una noche antes de su muerte, fue In my Time of Dying, de Led Zeppelin.

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