Feliz Navidad gobernador
Ese grito cimbró los oídos. Taladra. La mujer era contenida por varios brazos. Era uno de los tantos gritos afuera de la secundaria 56. La pesadumbre se contagia, es una rabia colectiva viral, se transmite rápido. De ahí nacen los linchamientos. En algunos sitios, nacen los movimientos, pero este momento era llanto. La familia Torre Cantú fue víctima de la delincuencia organizada. Es un estigma que la política dejó en 2010, imborrable para un estado, por eso, el compromiso en materia de seguridad es mayor. Por eso el grito de una madre de familia, deshijada en un accidente en Reynosa, otra vez protagonizado por el crimen organizado, es un eco. No importa que los medios no lo aborden, irresponsablemente, olvidando el sentimiento natural de la procreación y la sociedad actual, la paternidad. “Feliz Navidad gobernador, te deseo que tengas feliz navidad Egidio Torre”. Quién debe cargar con esa losa, porque es una responsabilidad compartida, quizás el vecino más cercano. La dedicatoria debe