desmenuzadero. Deuda es la herencia de la plenitud del pinche poder
Luego de las elecciones y el huracán Dean de 2007, pregunto a un funcionario y amigo panista del municipio de Tampico Alto, “¿los madreó en la elección el huracán?”, rápido, y aderezado con el ceño fruncido en su expresión contestó, aun molesto, “aquí el único huracán fue el pinche Fidel”. Nada era más cierto, Fidel Herrera Beltrán había hecho una elección de estado, brutal, salvaje, grosera. La emanación de recursos públicos, no solo de asistencia y desarrollo social, argumentados por el fenómeno natural, fueron parte del avasallador triunfo de las elecciones intermedias en Veracruz. Días antes, las llegadas de camiones con láminas, cemento, varilla, despensas ¡hasta borregos¡, a las bodegas en los 212 municipios, para convertirlos en votos potenciales a favor de los candidatos priistas, era una constante. Sin contar en ello, el dinero en efectivo, el poder era compartido para la preservación, y lo fue. Aunado a esto, los pagos que decenas de diputados locales y alcaldes cobr