Ciberamor, cibersexo, cibercelos ¿siguen orgías en twitter?
A veces siento que no pertenezco a este mundo. De repente me doy cuenta que ha evolucionado demasiado en tan pocos años y es entonces que debo considerarme conservador, porque aunque esta idea me ha aterrado durante mis tres décadas de alegre y emocionante existencia fresca y primaveresca, me he quedado perplejo. Realmente nunca fui un sujeto que le espantara lo nuevo, es más, soy de los que les gusta experimentar, y así como he probado muchas cosas y sorpresas que da la vida, también ante las grandes oportunidades de la tecnología he intentado todo tipo de anormalidades (dícese en el vocabulario arcesco). No solo en grabarse en una relación íntima con una walkman de casette o con un celular, es desde enseñar mis cosas en una guebcam si en el temor de ser subido al yutub , hasta el tener novias vía internet, pero esta vez, si me chingaron. Yo sé y entiendo que hay muchos casos en que sin deberla ni temerla, mucha gente aprovecha estos medios para relacionarse, ante la incapacidad