Adiós BlockBuster, otro paso generacional

Tengo 33 años y aun no me considero postgeneracional, sin embargo, las transiciones constantes me demuestran que no soy un chaval (nótese en el lenguaje).

Una de las principales y la más marcada, sobre todo por la influencia que me ejerce la música, fue el paso de los casetes al disco compacto.

Recuerdo que por aquellos años pubertad idealista, psudo anarquista y rebelde, me llevaba a cargar cientos de casetes en una mochila, e incluso, viajar para comprar música nueva, por las barreras de mi pueblo cumbianchero: todo eso un día valieron madres.

Esa misma rebeldía hoy hace que me golpeé la cabeza por haber donado a algún cabrón que nivelaría su cama con mi colección de Black Sabbath, Led Zeppelin, Metallica, bandas locales, e incluso rarezas que encontré en algún tiradero, porque un día decidí deshacerme de ellos para comprarme cinco discos: uno Black Sabbath con Toni Martin, Paranoid con Ozzy, Portraid of an American Family, un recopilatorio de Bon Jovi y el soundtrack de Spawn.

Como sea, ese cambio marcó la época generacional, la llamada generación X.

El disco compacto también hizo que, en una transición violentísima, cayera víctima de sí mismo otro casete: el de los videohome, VHS.

Él casete sufrió un karma, porque en su momento el de música y el que contenía película, le partieron la madre, el primero al disco de vinil, y el segundo a su antecesor, el casete beta.

Pero el disco contenía todo: mayor fidelidad en audio y video; menor espacio por lo que, era más cómodo y físicamente, más atractivo.

Ese era el preámbulo para una serie de cambios, y para la generación del Milenio, a la que llegué a salvo, aunque con algunas nostalgias.

Los cambios en los últimos 15 años, fueron más allá del disco compacto, porque el internet, base primaria de CD, tomó las riendas de todo, de la comunicación, de la interacción y del perdido feedback.

Todo tipo de entretenimiento convencional ha sido reclutado por códigos de internet, ahí, la música, la pintura, la fotografía, el cine, la literatura, la base de la arquitectura, y el ocio.

La música, creo que sobrevivirá al tiempo en los discos compactos, pese a la digitalización, porque existe ese romanticismo del álbum completo, pero el cine, está muy endeble. Inccuso el DVD convencional cae a pasos agigantados por la llegada de BluRay.

Hace unos días, la cadena más famosa de renta de videohomes, BlockBuster, anunció su cierre en Estados Unidos, por una causa tan lógica como absurda en su juego de palabras: rentar películas ya no es rentable.

La digitalización del cine, la transmisión online de estrenos en internet, y la interacción de éste con las pantallas de casa, pusieron en jaque al tradicional modo de ver cine en casa.

No sé si en verdad esta sea una transición de verdad o si el cine en video está por desaparecer, pero hay una crisis, y por situaciones similares, se murió el casete, el messenger, el disquete, el bíper, y hoy, están muriendo los periódicos.

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