Un genio bipolar. Devin Townsend
Un artista,
cuando encuentra en un estilo, una vereda cómoda, se pierde y se estanca.
Casos infalibles
en el 95 por ciento de los casos, tanto en las expresiones más emblemáticas de
la música sucede.
Desde la época
de Los Beatles, Pink Floyd, Frank Zappa ó Radiohead; que revolucionaron la música,
pero nunca pudieron revolucionarse y reinventarse a sí mismos, mantuvieron la
esencia y la creatividad, pero en el mismo rumbo.
Mi compadre Freddy me encargó empeñarme en hacer algo más
explícito acerca del trabajo de Devin Townsend, el genio recién descubierto.
Así que tuve que extra forzar lo que más disfruto en esta
vida; escuchar música, algo que con DT, pese a su complejidad, no fue difícil.
Este señor tiene apenas encima de 15 años en la música, por lo
menos no de manera formal, y ya pisó cada uno de los estilos y estados
emocionales.
Definir a DT como un genio es un sin acento, y es dotar de un
adjetivo ínfimo a un hombre que no minimiza nada.
Una idea particular,
es que junto a una gran obra, a un genio, a un artista, viene acompañada una complejidad mental; sumergirse en los sentidos, hasta el fondo del interior propio y que define
lo que, bajo esos sentimientos.
Beethoven, Van Goh, Khalo, Cervantes, pasaron por
infiernos internos para detonar una obra maestra. Devin es un Van Goh.
Él pasa por una enfermedad denominada Desorden Bipolar,
lo cual es evidente en muchas de sus obras, solo por citar "Devlab" o "Alien",
ambos proyectos ajenos y diferentes, de sus entonces múltiples bandas, "Devin Twonsend
Band", "Devin Townsend Project" y "Strapping Young Lad".
Hoy el mundo de la música viene acompañado de la
mercadotecnia, y eso deja muy poco al descubierto en una obra musical, son
pocas las bandas que deciden alejarse del llamado mainstream, para expresarse
en todos los sentidos al momento de componer, interpretar y hasta personificar.
Townsend lo hace, sorprende en cada disco, en cada
canción, o en cada cosa que sin nombre, componga.
Fluye en todos los estilos, y lo hace de una manera versátil,
que rompe los matices, los vuelve indescriptibles y su obra inclasificable, a
veces inaccesible.
Hombre ávido de metal, su demo “Noisecaps” es descubierto
por uno de esos llamados dioses paganos de la guitarra, Steve Vai, que en la
segunda mitad de los 90´s, cuando lo invita a cantar en “Sex and Religion”.
El heavy metal, con instintos de progresivo y hasta hardcore,
lanza su álbum proyecto "Devin Townsend Ocean Machine", con el titulo "Biotech", en
el 97.
Un disco donde apenas comienza a mostrar una identidad,
la cual por cierto dejaría olvidada en algún estudio en sus próximos discos.
El album muestra influencias del heavy prácticamente de
los 70´s y 80´s, y tiene presencia de desde Black Sabbath, Deep Purple, hasta el
mismo Pink Floyd, Yes, Queen, Dream Theater y hasta la locura de Frank Zappa,
fluyendo por tesituras incluso del pop y art rock, sintonías de acid rock y una
presencia del industrial que esa época comienza a tener mayor fuerza, sobre
todo por mentes brillantes como Trent Reznor.
En el 98, emerge “Infinity”, solo bajo el pseudónimo de
Devin Townsend Band y mantendría este estilo en ese proyecto, al menos hasta Physicist.
Paralelo a "Biotech", se interna en la banda de metal
extremo Strapping Young Lad, donde aporta la voz gutural a velocidades
indiscriminadas.
En el 95 emitió un álbum, Heavy as really heavy thing, y
en el 97 también sale a la luz el álbum "City", una muestra de fuerza,
agresividad y violencia con tientes electrónicos y matices tan brutales como el
black metal
Uno de los álbum más complejos al interior de SYL, es "Alien", donde según lo señalado por el propio canadiense, dejó de consumir el
medicamente para controlar el desorden bipolar, y poder internarse en otros
paisajes de su propia mente al momento de componer, lo cual esta explícito
concretamente en este álbum y con presencia en Phisycist de la DTB.
Esa diversificación compositiva se muestra en otros
discos como "Accelerate Evolution" o "Terria", aunque tiene un mayor énfasis en esa
sensacional obra, aun mas inventiva que pueda ser "Synchestra", aunque en ningún
de los discos, deja de sorprender las capacidad de variar las composiciones, la
versatilidad, llegando incluso a utilizar la polka y el folk.
Posterior, el genio loco Devin, te arrastra al fondo del
infierno en una de las obras más complejas y profundas de su trabajo, e inaccesible
para la mayoría de los oídos.
Devlab es la muestra del terror en la mente de Townsend,
porque no es siquiera una gama de canciones, sino un tema ambiental, en el que
induce en atmósferas oscuras, con intensidad al centro de una mente enferma.
Dividida en 15 partes que no dividen nada, explora
matices del sonido y de la mente humana. En un blog, se hacía el comentario que
escuchar "Devlab" significaba internarse en el ambiente de "Resident Evil" o recluirse "Asylum Arkham", demencia.
Sino lo he dicho, DT es compositor, cantante multifacético
y multiintrumentista, y un demente, y en la sensacional obra “Ziltoid the Omniscent”, se nota.
Basada en la historia de un alienígena que viene al
planeta tierra a llevarse el café por ser un combustible natural, Devin graba
cada uno de los sonidos, es decir, toca la batería, el bajo, la guitarra, los
sintetizadores.
Un ciclo inventivo
del artista se cierra con dos obras que nuevamente emiten su bipolaridad, The
Hummer, un disco de ambiente, creando solo sonidos y atmósferas y el último álbum de Strapping Young Lad, ""New Black", que se interna más en el Nu Metal, aunque aun
velocidad con metal extremo.
Luego, viene la obra más compleja de DT, formada de cuatro discos completamente diferentes, pero parte de una obra
conceptual.
Bajo el nombre de Devin Townsend Project (quinta banda de
su historia), lanza "Ki", un disco con intensidad pero manteniendo con mayor
fuerza el metal progresivo. Este disco arroja temas tan sensacionales y estilos
amalgamados, evidente en temas como "Coast" o "Heaven Send".
Por momentos se espera una avenida de metal, la anuncia,
la encamina y la apacigua.
En el mismo año, emite "Addicted!", donde hace mancuerna
con la sensacional voz Anneke Van Gibengersen, que pasa desde el metal, hasta
la electrónica, el rock and roll, el jazz, el blues, el progresivo y el
industrial.
En el 2011, dos años después arroja la tercera entrega,
la más fuerte de la obra, bajo el nombre de “Deconstruction”, principalmente un
álbum de metal industrial.
La obra culmina con “Ghost”, un disco que se interna en
el New Age, el ambiente, el folk rock, tesituras suaves, un fantasma.
Devin Townsend se introdujo al fondo de su mente escavó y
sacó su esencia, la expuso de una forma variada y sin ortodoxia, desde dos hemisferios
diferentes, rica pero extrañamente explorables.
Un genio, un loco,
un desconocido.
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