Blizzard of Ozz. Goodbye to Romance, Welcome to Crazy Train

¿Por qué no me había detenido a escribir algo acerca de Blizzard of Ozz, siendo seguidor de toda la carrera Black Sabbath? Respondiendo como el opus del Ozzy solista en su ópera prima, y a la que decido este espacio, “I don´t konw”.


A mi gusto, el cuarteto de Birmingham fue hasta Sabotage, luego, se sabotearon a sí mismos.
Technical Ecstasy es el inicio del rompimiento, donde Ozzy empieza a marcar la pauta de sus intenciones como artista, alejada del histórico BS de Paranoid o Master of Reality o Sabbath Bloody Sabbath; y Never Say Day, me parece más un tímido homenaje a The Beatles que un disco sabbathiano.
Como sea, dos discos forzados que no desprecio, pero tampoco festejo.
Blizzard of Ozz marca una pauta en la historia del rock, primero porque nos regala a un nuevo protagonista y su peculiar estilo, y con ello,a su vez, da la oportunidad a la historia del Sabbath para dar paso a otra etapa histórica con el grandioso Dio.
Lo más importante, y sin lo cual dudo que Ozzy hubiera alcanzado tan rápido la cima: tener a Rhandy Rhoads.
De ahí en adelante los sucesores de las seis cuerdas, acompañantes de Ozzy tras la muerte de Rhandy tendrían que buscar llegar a esa altura, cosa en lo que trabajaron suficiente Jake E. Lee y Zakk Wylde. Gus G es otro tema.

Pero bien, Rhoads, oponente natural de Eddie Van Halen, virtuoso iniciado con la Quiet Riot, es artífice de que BOO sea una obra maestra de rock en general. No se puede pensar en lo épico de la mayoría de las canciones sin sus riffs , sin los solos en cada espacio que cimentados, simplemente no.
Discos como éste hacen inadecuados que existan Greatest hits o colecciones; álbumes como éste son inseparables desde el minuto 00:00 hasta su 39:19.
De regreso al tema sabbathiano, por una simple razón, las tres primeras canciones tiene una dedicatoria implícita y hasta superficial, pareciera que fueron la despedida amigable de Ozzy a sus excompañeros y marcan también el arranque de este “tren loco”.
Es por eso que, al oído gustozo de los discos completos, ajenos a las tendencias milllenials de consumir clips, se entiende que el acomodo de las canciones son parte esencial del funcionamiento de un trabajo completo, algo que depende del buen oído de los productores.
Así esta obra excelsa inicia con un espacio vacío que abre la penumbra y suelta de tajo el sensacional riff de “I don´t know”, muy alejado de la pasada era del madman con Iommi, Butler y Ward, más en la onda del New wave of british heavy metal.
La canción antepone esa postura “no más preguntas del pasado, ni del futuro, yo no sé”. Sobra decir que el trabajo de Rhandy es grandioso, pero aún así, quien haya escuchado el disco en su momento buscando conocer qué haría Ozz sin Sabbath, aún quedaría estupefacto con lo mostrado, que también quiero sostener, registra el estilo que predomina en casi todos los trabajos de Ozzy.

Y justo cuando cierra Ozzy gritando “...I don´t konw”, un segundo de espacio nos deja escuchar nuevamente su voz con ese grito ya clásico  “All aboard”.
¿A bordo de qué?
De ese intro míico de Rhandy, juguetón y oscuro a la vez que abre Crazy Train; la canción conecta el pasado inmediato de Ozzy, su separación con Sabbath, su crisis con las drogas, e invita a la nueva aventura.
“... maybe it's not too late, to learn how to love, and forget how to hate”.
¿Más claro?
Nuevamente Rhandy se lleva la mitad de crédito del trabajo con el riff que marca el ritmo de la canción y el solo ya clásico.
La tercera es Goodbye to romance, que evidentemente está dedicada a sus excompañeros.
“...i said goodbye to romance, goodbye to friends, goodbye to all the past, i guess we'll meet, we'll meet in the end”.
Y no fue así, no ocurrió la gira The End con Ozzy haciendo reverencias en cada concierto a Iommi mientras éste reía del loco en cada show, reconciliados (lástima de Ward).
Esta trilogía de canciones son simplemente analizables para entender la postura de Ozzy hacia el futuro, en este trabajo que es digno de leerle para entender la crisis de un hombre que perdió y encontró, y nos regaló desde ahí, una carrera digna de una leyenda.

Los siguientes tracks del disco merecen mención pero me quedo con la trilogía inicial por que lo que representan, pero Dee muestra la sensibilidad de Rhoads; Suicide Solution no necesita presentación con ese mítico rif y su controversia; Mr. Crowley es una sensacional pieza con la voz de Ozzy tenebrosa y dos solos de los mejores hechos por Rhandy, un himno; la divertida No bone movies; Revelation (Mother earth) con un mensaje positivo, nuevamente el trabajo de Rhandy que se divide en una sección acústica y finaliza con una sesión de guitarra con un solo que pone la piel chinita; al final Steel away, una sensacional himno metalero.
Solo escuchen el álbum completo y si me equivoco, no lo sé.

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