El PRD huele a centro

Escucho a muchos izquierdistas criticar que Silvano Aureoles y Miguel Barbosa, presidentes de las cámaras de Senadores y Diputados del Congreso de la Unión, respectivamente, escolten al Presidente Enrique Peña Nieto en cuanto evento ocurre.
"Se ven rebonitos los dos cabrones atrás de ese otro cabrón", "traidores".
Hablo de izquierdistas extremos, de esos de los que no hay en cualquier estado, y que generalmente se reproducen en el Distrito Federal, salvo algunas excepciones.
Hablo de esas corrientes rudas de Fidel, Lenin y el Che en sus estantes, de Silvio Rodríguez y Oscar Chávez; de esos que traducen el romance a un golpe de estado; izquierdista de utopía.
De ahí en fuera hay tantas corrientes que podrían armar una liga de futbol con su divisiones.
Izquierda intelectual, izquierda extrema, izquierda extrema tres cuartos, izquierda estilo PRI, izquierda sazonana a la derecha, izquierda centro, izquierda capitalista (¡mierda por dios, existe!).
Cuando la zurda política observó que el comunismo era tan perfecto e imposible, acuñó el socialismo, que se lleva tan bien con el centro y entonces, paso a paso, se ha ido adiestrando con los años; dentro del PRD hay hombres que han luchado batallas bárbaras, pero la opulencia es cabrona.
El sistema y su política no permite ese extremismo y el izquierdismo es radical o inexistente, y quedará en leyendas de trova, historias revolucionarias pintadas en graffitis.
Aparte, mención especial en México, el PRI de Peña Nieto salió, ahora sí, mas cabrón que bonito, no se pelea con nadie, a todos los tiene contentos, vaya, hasta a AMLO el dio su partido para entretenerse.
Es hombre se encargó de no solo enamorar a las mujeres, luego a la opinión pública, sino también a la oposición.
Y es por eso que, insisto, salvo por la variedad de especies que aglutina el DF, solo ahí se podrá dar una izquierda, por su contexto histórico, porque ahí se centra la parte intelectual en la cuna de la universidad, por el aspecto cultural, aunque como en el idioma roquero se dice, será subterráneo.
¿y entonces?
¿La izquierda ha muerto?
Aun recuerdo lo que le dije a mi amiga "el izquierdismo se mantendrá vivo en la literatura y las artes, en la música de trova y rupestre, en las calles, en soñadores, en su universidad, en sus intelectuales",
Jamás será de un partido, porque la izquierda no es gobierno, es equilibrio.



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