Tamaulipas, donde sus habitantes cuentan como turistas

Ya ni la chingan, Tamaulipas se ha creado una burbuja, polarizada, estúpida.
Foto: Milenio / Jesús Jiménez

Los estragos de la guerra del crimen organizado de los últimos cuatro años han cobrado el derecho de piso por vivir, la huida de capitales, la pérdida de seres humanos, la baja en el comercio interno y es lógico, una sensible baja en el turismo.

La percepción nacional e internacional es que Tamaulipas es una tierra del narcotráfico, donde gobierna el crimen organizado y en la que es fácil morir o ser secuestrado… y esa percepción, que también es interna, la promueven los propios tamaulipecos sobre todo en las redes sociales, que sienten lo que es vivir en esta tierra hoy en canícula.

El principal atractivo de las playas de Matamoros y Miramar para los norteamericanos o es que tienen fama de ser enormes cantinas de arena donde la fiesta dura toda la noche, lo cual ya no existe.

También son zonas de atractivo turístico impulsado por la visita a familiares, turismo que de alguna manera mantiene sus clientes o consumidores duros.

Sin embargo es muy difícil creer un millón 600 mil personas visitaron los principales sitios turísticos como citan las cifras oficiales.

Un indicador, como ejemplo en playa Miramar, al sur de Tamaulipas, es que solo tiene tres accesos, y como uno es casi desconocido para la mayoría, entonces solo dos, por lo que, para ingresar e instalarse a la playa entrar en época dura, el esfuerzo puede llevarse más de dos horas.

Este fin de semana se podía ingresar y salir en cinco minutos.

La muerte de una niña sacada de un hostal irregular, el robo de auto a una familia en carretera entre Ciudad Victoria y Tampico y el secuestro de joven que se dirigía a Nuevo Laredo, solo promovieron la fama de un sitio riesgoso para quien circule por Miramar, de visita o permanente, la cual se expuso durante cuatro meses que duraron los enfrentamientos entre grupos internos de bandas criminales en el norte y sur de la entidad, así como algunos destellos en la capital, esto entre marzo y junio de este año.

Es imposible creer que la gente viene cuando otros sitios turísticos, que sí registran sus accesos y procedencias, indican que la gente que los visita es local y que los referentes de turismo están muy modificados por las circunstancias.

La Aduana de Tampico, uno de estos sitios, reconoce que de Nuevo León, principal consumidor de Miramar y sus servicios adyacentes, muy pocos vivieron, y es San Luis Potosí con su huasteca tan cercana que es regional, su nuevo fuerte.

Pero para la autoridad sigue jugando con las cifras y argumenta una visita histórica, creo, dentro del ánimo de una estrategia de promoción, pero que los hace ver tan burdos como si contaran dentro de cada turística que visita sus playas y hermosos sitios paradisiacos, a sus habitantes como turistas.



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