Tony Martin. Comer en plato de dioses
Qué difícil debe ser ocupar el lugar que ocupó Ozzy
Osbourne, Ronnie James Dio, Ian Gillan, Glen Hugues , Ray Gillen y David
Coverdale.
Ahí que el único pecado de Tony Martin al pisar el cargo
de frontman de Black Sabbathm fuera ser desconocido.
Pero para nada es el peor de los cantantes anteriores,
tiene una gran calidad vocal, muy similar a la Dio, y eso fue lo que valió que
Iron Man, Tony Iommi lo tuviera en la alineación en cinco discos.
Quizá fue ese el motivo para que Tony lo trajera, la descomposición
humana producto de la fama en las épocas de Osbourne y Hugues, y el ego de Dio
y Gillan, lo llevaron a buscar un perfil bajo.
Pero al final fue el romance, la nostalgia de las épocas
grande de Ozzy y Dio lo que hicieron que, injustamente fuera subvalorado por
los fans y despedido por Iommi en dos veces, pero la calidad en sus
composiciones y ejecuciones vocales no debe estar en duda.
Martin llegó para The Eternal Idol, un álbum que dejó incompleto
Ray Gillen, y quien muriera meses después. Así que el nuevo vocal solo puso su
registro de voz, pero es impresionante en canciones como The shining, Born to
lose, Nightmare o la balada Feels Good to me.
¿Quién puede hacerse a un lado de canciones propias como
Nightwing, Headless Cross, Black Moon, Anno Mundi, Valhalla , Heaven in black o
When death calls?. Es aprimera época fue sensacional, cercana al estilo de Dio
y Hugues, pero con la tendencia del metal de los ochenta.
Luego vendría el primer descalabro.
Lo coqueteos de Dio con Iommi y Geezer darían un
reencuentro con un disco regular, con algunos temas valorables, pero nada
cercano a los míticos Mob Rules o Heaven and Hell. Y luego se iría, por penúltima
vez.
Y Tony Martín ahí estuvo cuando le llamaron para hacer el
sensacional Cross Purposes, con el estilo del metal de los noventas y más sabbathiano
que nunca: I Witness podría ser un himno de la época Dio; luego la sensacional
Cross of Thorns con una guitarra acústica; la dura Psycophobia; la estilo
sabbath, Virtual death; la poderosa (sobre todo para Martin) Inmaculate Deception;
la joya de Dying for love; la rockera Back to Eden; esa sensacional The and
rocks the cradle; Cardinal Sin; y al final la grandiosa Evil Eye, al más puro
estilo de la banda.
Luego se autodescalabrarían con ese intento de Forbiden,
que sin embargo, pese al sonido y a tener a un rapero en sus filas, tiene
canciones sensacionales como Can get close enough to you, un himno.
Martin hizo solo, un par de discos, Ya en el nuevo
Milenio Scream, donde se escucha al 100 por ciento, mientras que ha tenido
proyectos como Dario Mollo o en Phenomenon, con discos muy interesantes.
The Cat, como se le conoce, no solo es una voz
subvalorada, si no ignorada, cuando un posee uno de los timbres de registros
más bellos en voces masculinas, y un poder inigualable. Sin duda, una de las
voces más poderosas y bellas del rock.
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