Granadazo a una escuela y el efecto psicosis

“Reventaron la ciudad”. La frase era la respuesta más lógica a los hechos de ese 2 de abril del 2010. En medio de la lucha de bandas del crimen organizado, a alguno de los dos flancos se le ocurrió “reventar” la feria de la ciudad, y con ello, la paz y tranquilidad colectiva.

Ese viernes, un supuesto enfrentamiento que también se traduce en una intimidación a la ciudadanía, irrumpió el concierto de la cantante Jenny Rivera: las múltiples crónicas de esa noche, de hombres, mujeres y niños corriendo hacia todos lados, hacia ningún sitio, por los manglares, por el fango, por el polvo, tirados boca abajo, fueron tragedia y terror.

A partir de esa noche, cuando los organizadores decidieron suspender la feria, Tampico y su zona conurbada ya no fue la misma. Se acabó la vida nocturna, el miedo se apoderó del subconsciente colectivo y de la cordura, se vaciaron las escuelas, y los inversionistas comenzaron a abandonar la ciudad.

Los meses posteriores fueron un caos para la ciudadanía, porque además de los daños colaterales por las balaceras escenificadas en cualquier lapso de tiempo y punto geográfico de la ciudad, al azar, también los rumores fueron un dañino placebo a la tranquilidad. El rumor impidió la vida de Tampico y su zona metropolitana.

Así se encuentra Ciudad Victoria en este momento. Una granada explotó la madrugada de este lunes en un baño de la Escuela Primaria Corregidora, en el centro de la capital de Tamaulipas.

El artefacto fue lanzado con una sola misión: intimidar, no matar o herir. Mañana habrá ausentismo escolar, porque las familias intentarán entender cómo prevenirse de un posible ataque a sus hijos. Ese es el efecto que buscan los delincuentes, apoderarse de la mente, de su gente, de su miedo.

Psicosis

Hace unas semanas, con un colega y amigo de medios de comunicación debatíamos sobre el uso coloquial de esta palabra en términos de periodismo, contra su real significado, el médico.

Es cierto, psicosis, es un término de psiquiatría de un problema mental, de pérdida de contacto con la realidad. Una demencia. pero la sociedad también cae fuera de la realidad.

En el ámbito colectivo, aunque así parece, no es un delirio de persecución, es un temor lacerante, es creer en el rumor, es percibir diferente cualquier estallido común, es ver diferente a las personas, es sobre protegerse. El terror se apodera de la gente, las leyendas urbanas de pronto en la mente son creíbles, son reales para la percepción.

Ese efecto es el que buscan los delincuentes, vulnerar la mente, el control de las personas.

Desde hace meses se ha difundido por redes sociales, por correos, de voz en voz, el rumor del secuestro de infantes y el tráfico de órganos. Regresa esa inyección de miedo.


En el efecto, la psicosis colectiva existe, aunque en este momento, esa demencia, está argumentada por la violencia, y no tan desconectada de la verdad.

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