Jóvenes, el capital electoral más cotizado


El activismo político de los jóvenes en los últimos días, es sin duda un fenómeno que rompe lo planeado, es la variable y por eso se tiende a minimizar, el PRI sabe que es el único sector que no tiene dominado y veamos porque.
El Revolucionario Institucional responde su doctrina a lo que su nombre fielmente cita; instituciones.
Este partido es una máquina que recién fue aceitada, engrana a todos los organismos productivos y sociales del país, creados durante el aun joven México post revolucionario, basado en las necesidades de, con una estructura firme, sostener un proyecto de nación.
La mayoría de los organismos con más de 50 años y algunos casi con el centenario, hablamos que sindicatos, organismo campesinos, obreros, magisterial, burócrata, que lleva por debajo de las siglas de su bautismo, la marca registrada del partido tricolor.
Ahí la importancia de mantener esa estructuras, que ha permitido que si bien, la oposición arrebatara la Presidencia de la República, el PRI aun se mantenga dominante en los estados y en las cámaras del Congreso de la Unión.
Pero históricamente los jóvenes no han tenido un papel fundamental en el crecimiento, desarrollo y evolución, ni del México bárbaro, ni del México neo liberal, ni del México en construcción, ni siquiera en el de transición. Históricamente solo en Tlatelolco, algo que marcó significativamente una era, pero no alcanzó a mantenerlo en un nivel de movimiento social .
Sin embargo es un segmento potencialmente importante, pero que desde su letargo y adormecimiento, no había sido posible manipular para que fuera activo, de ahí que el país aceptara ese abstencionismo marcado, pero principalmente el Revolucionario Institucional, mantenía intacto este sector, el único no acaparado.
La movilización contra los medios de comunicación y la manipulación de una campaña electoral, el activismo en las redes sociales, son un fenómeno que lógicamente el PRI buscará minimizar y el PAN y el PRD acaparar.
¿En qué sentido y con qué capacidad estos dos últimos puede allegarse o hacerse de valor y capital electoral?
¿Qué oportunidad tienen de mantener el interés de los jóvenes en llevarlo a las urnas, y que tan dispuestos están a soportar una nueva forma de calificar la política mexicana?
¿puede formar el movimiento adolecente, su llegada al voto joven, una nueva forma de revolución política social en el estricto sentido de la palabra?.
¿Saben quienes marchan y critican en las redes sociales, el poder que tienen en sus manos?
Indudablemente este momento puede ser detonante para una nueva forma de vida social para México, los partidos de atrás lo saben perfectamente.
En este preciso momento y a 40 días de las elecciones, la derecha deberá reconciliarse y restablecer sus estrategias de grupo, si en verdad quiere tener la oportunidad, porque Josefina Vázquez se ve sola en su campaña; la izquierda se mantendrá en su estrategia armoniosa y de adhesión, y con el factor de Juan Ramón De la Fuente como bandera que podría significarle un factor importante ante los ojos de los 14 millones de jóvenes.
El PRI está en medio de una emboscada; como hace seis años el PAN y los empresarios del país sobre expusieron al candidato Andrés Manuel López Obrador con la imagen de la campaña “un peligro para México”, un slogan que se sembró como una verdad en las mentes de los votantes. Un fenómeno similar se está cociendo contra Enrique Peña Nieto con su “noviazgo” con televisa y sus periodistas estrellas, dispersos en otros medios nacionales. Esa excelsa estrategia de usar los pros en contra.
Ante ello, los jóvenes son el capital electoral más cotizado, puedan ganar la presidencia y dirigir el país. Cerca de una verdadera revolución intelectual.

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