El Voto Nuevo. La generación activista


El tema de los ectivistas, los acarreados tuiteros, los abucheos de la Ibero a Peña Nieto o las palmas a López Obrador en el Tecnológico de Monterrey, han sido puntos cumbres y sin analizar a fondo, porque finalmente la política llegó al sector que nunca había llegado; los jóvenes.
Sorprendentemente, el activismo por parte de las nuevas generaciones ha sido ascendente, propiciado claramente por las redes sociales que han hecho su chamba de manera efectiva; You Tube, Facebook y Twitter, son canales de difusión a los que les tiene credibilidad y ha reducido los niveles de sedentarismo social.
México tiene uno de los niveles más bajos de votación a nivel mundial, con poco más de un 50 por ciento de votación efectiva.
En 2006 votaron casi 42 millones de personas de 75 millones que había en la lista nominal, y que hoy es casi 79 millones 458 mil 735, según el Instituto Federal Electoral.
El problema es que hay un 45 por ciento que no vota, cerca de 35 millones de personas si sigue la tendencia de 2006, y de los cuales, según el propio IFE, 13 millones 915 mil jóvenes entre 18 y 24 años, lo harán por primera vez. Tan solo hay casi dos millones de jóvenes de 18 años.
La diferencia hoy, es la actitud activa de los jóvenes, la interacción en masas y el sentido crítico de las nuevas generaciones.
El nuevo modelo de comunicación y su efectividad, ha creado un despertar evidente en el voto nuevo, solo basta abrir un muro, un Time line para verificarlo, y los partidos los saben.
Ahí es donde encaja el valor de una situación muy diferente en torno al panorama de 2006.
Las encuestas en aquel tiempo, hablaban de estadísticas muy severas, por el conocimiento del abstencionismo, además del fenómeno social del voto nulo, pero en el que el primero y el segundo, fue liderado por los jóvenes en su mayoría.
Hoy las encuestas son tomadas en sectores fijos, es decir, vía telefónica y casas, ¿y donde están los jóvenes?
Factiblemente esos 14 millones de nuevos votantes para 2012, representan el 93 por ciento de los votos con los que ganó Felipe calderón Hinojosa hace seis años, y hoy, aparentemente, ese abstencionismo en los jóvenes podría reducirse drásticamente. Aun no sabemos que lugar han tenido en las encuestas.
Esto pese a que los programas de campaña, han tomado muy poco en cuenta a este sector (si se habla de propuesta concretas como el primer empleo, la educación universitaria, o la participación específica de los jóvenes en los nuevos campos de globalización y su impulso, lo que sea).
Hoy me aventuro a restarle credibilidad a las encuestas porque esta vez no estamos ante ese sector pasivo del electorado maduro, ese que dice “no voto por que todos son iguales” y que ciertamente representa al electorado menos informado y menos reaccionario y activo.
Estamos precisamente ante una nueva generación que lleva, quizá en el morbo, en el impacto de las acciones que pegan en el mundo, en el idealismo generacional, un interés de activismo, mostrado por esa parte  que representa a instituciones formadores como lo fue en la Ibero o el Tec, y como no lo ha sido hasta el momento la UNAM, la UAM o el politécnico, o cualquier institución estatal.
Apuesto a creer que las nuevas generaciones pueden definir una elección, en la manera que en ese momento, sepan el poder que tiene el voto y la expresión libre.
A menos que me equivoque

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