Elecciones, producto para intolerantes


Quizá el voto nulo sea buena opción.
Hoy el PAN se encuentra con una crisis de identidad, el PRI es un proyecto de mercadotecnia y la izquierda radicalizó, su radical postura, y se vendió.
El electorado nuevamente se deberá exponer a todo, menos a un análisis a fondo, porque realmente no lo hay, es decir, quien ha dicho como reforzar, cambiar o establecer una política económico-social, como sanar a un país enfermo, muy enfermo.
¡Que difícil postura para los 77 millones y medio de votantes!
Muchos podrán decir que esta idea es extremista, pero finalmente es cierta; hay forma, no fondo.
Primero por el grupo del poder; Acción Nacional está sumido en esa crisis de identidad, entre el oficialismo, la doctrina y la renovación, pero nunca por una propuesta concreta, por lo menos no de quienes la buscan.
Los debates panistas han sido la muestra de ser una mala copia de PRI; mantenerse adoctrinados, sin embargo, sin una estructura tan firme y arraigada, que les pueda servir de mucho en la campaña electoral.
Prácticamente las propuestas de los panistas, así por encimita, son dos; la primera es dar seguimiento, al que quizá, sea el logro más importante de la administración de Felipe Calderón, que es la campaña contra el crimen organizado; y en segundo cumplir los huecos más grandes; economía y desarrollo social.
Hoy sus mensajes, de los aspirantes, suenan a demagogia, no exponen hipótesis ni planes, solo reciclan el producto Calderón
Alguien dijo, “no quiero que me digas que está mal y que se debe solucionar, quiero que me digas como”.
El PRI está definido desde sus descalabros en 2000 y 2006, y hoy opera de una forma meramente institucional, atado a cada uno de sus engranes repartidos en toda la república, como organizaciones gremiales, campesinas, sociales, y para la extensión ciudadana, ofreciendo la imagen gigoló de su personaje central, enfundado en un traje rojo "rediseñado", al que llaman el nuevo PRI.
La campaña, ha sido crear la conciencia de la renovación, con una efigie a doc, y convertirlo en un producto de rápido alcance y adquisición.
Al último, la izquierda se perdió, desde su esencia supo su devalúo, lo que significa no operar la política desde la esfera más alta, y se vendió.
Pasó al lado oscuro del pragmatismo, reconoció un error y los transformó, es como un nuevo PRD, donde esta vez no valieron los intelectuales ni el alcance social, sino la reconciliación con el capitalismo, con el poder y su sistema en todas sus aras. Un zurdo que se discrimina y cree que ser diestro puede ser mejor.
El votante esta en medio de eso, en medio de la publicidad política, o de la política de imagen, y no le queda mucho por analizar mientras se esquiva las balas y se tienta los bolsillos.
Quizá el voto nulo se buena idea, ó quizá sea extremista, pero tiene la misma valía que adquirir algo sin sustancia.
Caray, como mandar a comprar leche a un intolerante a la lactosa.

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