Las tribus del PAN de Tamaulipas y el fraude anunciado


Para nadie es secreto que el PAN en Tamaulipas está pasando por una crisis, y en los próximos días podría evidenciarse en el distrito 7.
La guerra de los Francisco Javier, el Cabeza de Vaca y el Garza de Coss, ha dividido a la militancia severamente, y vislumbra que no tenga mucha oportunidad contra un PRI que está bien arraigado.
Sin parecer aventurado, esa crisis, que tiene presencia en  todo el estado, tiene un mayor énfasis en los municipios de Tampico y Madero, que encabezan los distritos 8 y 7, el segundo de la mano de un Altamira donde nunca ha existido, y Aldama que si bien tiene presencia albiazul en los últimos trienios, es cambiante.
El distrito 7 se ha visto mermado por ejemplo, en el municipio de Madero como la sede de las denuncias por fraude que involucraron al entonces dirigente estatal, Francisco Javier Garza de Coss, y al del propio municipio, Marco Moctezuma.
El 8, simplemente la crisis lo llevó a perder el grado de Comité para convertirse a una Delegación, la única de Tamaulipas, y que ahuyentó a una cierto sector panista, y atrajo a otros provisionales, como Magda Peraza, que otra vez, con el agua de las elecciones, comienza a cambiar de color.
Si a esto se añade las designaciones directas de candidatos en elecciones pasadas, que generaron un coto de poder muy reducido, pues reconocemos vicios.
El estado del panismo tamaulipeco tuvo en los últimos días un aparente respiro con la decisión del Tribunal Electoral de la Federación, de terminar con las designaciones directas, o dedazos si gustan llamarle, y entrar en el terreno de la democracia, al menos en la teoría.
Pero por ahí algunas voces hablan de un revés, un severo que evidenciará los enfrentamientos de los diversos grupos dentro del PAN, que asemejan las tribus del PRD nacional.
En los próximos días podría darse a conocer un fraude en los registros de precandidatos al distrito 7. Sí, el de Madero y Altamira.
En este se involucran los dos registros que menos se esperaban, sobre todo cuando se barajaron tantos nombres, un tal y desconocido Juan Torres, y quien fuera subdelegado de Sedesol en Tamaulipas, Alejandro Felipe Martínez. Este último sorpresivamente cambió de distrito de intención, pues se nombraba junto a los nombres de Hilda Gómez y la regidora tampiqueña Graciela Tovar.
Los dimes expresaban que evitó una confrontación difícil, los diretes que la invitación de los grupos que manejan al PAN.
Lo cierto es que existe inconformidad, principalmente en municipios como Altamira y Aldama, donde quienes firmaron por ambos aspirantes, dicen no haberlo hecho.
La explicación; que en los registros de la aspirante presidencial, Josefina Vázquez Mota se guardaron firmas, sí, a manera de un banco de firmas, que fueron utilizadas a favor de los aspirantes, y ya señalan desde regidores hasta dirigentes.
Pues tal parece que el PAN de Tamaulipas, insisto en verse como un PRD azulado.

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