El Pecado de los Dioses; amor antes de nacer

Ésta es quizás, mi novela favorita. No es el mayor de los escritos, pero es una obra completa. A través del el misticismo, el erotismo, el amor en su máximo esplender, en tiempos que han cambiado, en tiempos donde los límites han ido cayendo a cincelazos, a letras, a balas. Sin llevarlo más allá de su realidad, El pecado de los dioses es la reencarnación de los mitos griegos dentro de un ceno conservador, retratando la humanidad retrógrada y a su vez la liberal desenfrenada, por encimo del salvaje instinto animal.

En 1998 el periodista español Jaime Campmany da a conocer su primer novela, que pudiera parecer "facilona", pero es de un profundo matíz. Aun sigo hipnotizado de la historia Giacomo y Vittoria, en una paradisiaca villa a la afueras de Milán, y que finaliza con los hijos de esta última, Giacomino y Totoya.

Ahí donde inicia una epopeya romántica desde el incesto, que se antoja inocente, que el lector legará a defender, que a la misma vez lo expone en una actitud más liberal, y hace recordar hasta las más épicas historias de los dioses griegos, en donde si bien es cierto tiene una fuerte raíz de esa mitología, la actualiza.

Siempre me gusta contar el inicio de la novela, cuando Vittoria se embaraza de su propio hermano y para no crear un conflicto familiar, decide casarse con su novio de preparatoria, mientras que Giacomo, golpeado en el amor propio, decide, el mismo día de la boda, marcar la vida de todos al quitarse la vida en el gran lago de Villa Luce.

Ahí el primer capítulo, que se desenvuelve entre tres generaciones y que remite directamente a una sociedad más desencajada de los moralismos del pasado, y te lleva, aunque no de golpe, a una actitud liberalista europea.

Hay secuela, La mitad de una Mariposa cayó en lo burdo, y El Abrazo del Agua.

Así de fácil un relato de una novela que atrapa, que no respeta. Un incesto literario.

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